jueves, 22 de mayo de 2014

Una historia apartir de una imagen

El martes, María como todos los días de colegio se levantó a la siete y media, se vistió, desayunó y se fue al colegio. Cuando llegó al colegio, sus amigas las esperaban en la puerta para entrar juntas en clase. Hoy tocaba clase de ciencias, la favorita de María. Pero como no hay tantos microscopios María se lleva el suyo. Cuando María fue con el profesor a ayudarle, en el suelo se encontró algo extraño y lo cogió para comprobar lo que era, cuando lo miró, vio que era un pelo de algo o alguien pero no sabia nada sobre él. Entonces lo guardó en un bote. Cuando terminó las clases, se fue a casa donde le esperaba su madre con la comida en la mesa, comió y se fue a su cuarto con el microscopio y el pelo. Lo examinó, pero no sabía nada, entonces buscó en internet pero no encontraba nada y se fue a la cama. Al día siguiente, en el colegio, en la hora del recreo fue al aula de ciencias donde estaba el profesor de ciencias, se lo contó todo y pensó que podría ser un alienígena. Yendo al patio se encontró otro pelo y una especie de trozo de carne. Igual que el martes, María cuando llegó, comió y se metió en su cuarto a investigar más pero nada seguía igual. Ya el jueves se despertó, desayunó y se fue al colegió y por el camino escuchó un ruido pero no le hizo caso. Después del colegio por el camino para ir a su casa escuchó otra vez el ruido pero esta vez fue a investigar y vio un alienígena, intentó hablar con el y lo que entendió fue que no tenía donde dormir porque su nave se había roto y necesitaba herramientas para arreglarlo y poder volver a su planeta. Estuvo unos días en su casa, arregló la nave y se fue a su planeta.

 

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